martes, 1 de noviembre de 2016

Rutina 2: trotar.

Ahora que ya hemos completado las dos semanas de caminatas, es hora de empezar a trotar.  Pero hay que hacerlo con cuidado.  No es simplemente salir y hacerse los tres K (kilómetros) sin parar.  ¡No!
Para esta nueva etapa asegúrate  de tener unas zapatillas que no sean resbalosas, que sean resistentes y sobre todo cómodas.  Por darte un ejemplo: los nuevos tenis con suela en forma de pequeños trampolines, plataformas suspendidas una después de la otra en forma de escamas.  Esos son un ejemplo de los que no debes usar.  Estos son muy resbalosos, si pasas por un charco, de seguro iras a parar al suelo.   Por otro lado, con el uso se vuelven ruidosos, y esto es un factor estresante; así que debes preferir comodidad y seguridad antes que belleza. 
En las próximas dos semanas vamos a caminar por trayectos de 100 hasta 200 metros, luego haremos un trote suave igual en distancia, o sea, entre 100 y 200 metros.

Si durante el trayecto de trote lento, suave, y cadenciado; sientes comezón en las piernas, es el momento de volver a caminar.  No presiones demasiado tu cuerpo en la zona de trote.  No te pases de los 200 mts y camina hasta el mismo  máximo (los 200 mts).  Luego entonces, si hubo el cosquilleo en tus piernas no durante el trote, pero sí mientras caminas descansando del primer tramo de trote, al volver a trotar, hazlo esta vez solo hasta los 100 mts (el mínimo).
Esto sucede porque tu circulación sanguínea esta acostumbrada a una presión mínima, solo lo suficiente como para las labores de la oficina y la casa.  A medida que perseveres en la rutina, tu cuerpo generará la nueva fuerza y la circulación sanguínea se hará más eficiente.  El cosquilleo desaparecerá paulatinamente hasta que no quede rastro.
En la medida en que vayan pasando los días, deberás alargar las zonas de trote hasta los 300, 400 o 500 mts y las caminatas seguirán siendo los mismos 100 ó 200 mts.
Recuerda que esta rutina debes hacerla cada día de por medio, y cada vez que salgas, debes alargar las zonas de trote en 100 metros más.  No vayas a exagerar, no vayas a ir de un solo zarpazo hasta 1 K trotando porque recuerda que lo que estamos haciendo es ayudando a tu corazón a crear la resistencia suficiente para lograrlo.  Para tu primer kilometro de trote sostenido, recomiendo hacerlo después del 10° día de iniciada esta rutina y acercándote progresivamente a esos 1.000 metros con paciencia.
Si se presenta una especie de dolor en el pecho, o una sensación de presión en él ya después de varias horas del trote, o al día siguiente, indica que posiblemente te excediste un poco.  No es necesario ir al médico, solo descansa y aplica la disciplina sobre la rutina para que no suceda de nuevo.   El sobre entrenamiento en este caso también podría producir insomnio o incluso dolor de cabeza.  Tomarlo con calma y simplemente no te extralimites con las zonas de trote... y recuerda, no corras.  Aún no.  Es solo trotar... suave.   Tu corazón lo agradecerá y te pagará con una gran resistencia al cabo de las 2 semanas de aplicar esta rutina.
Mi última recomendación para esta rutina es: evita el uso de ipot, la música puede ser un factor de distracción y fácilmente podrías sobre pasarte en el ejercicio, lo cual puede traer consecuencias negativas en vez de positivas.   Haz tu rutina de forma consciente.   La música la usaremos en la próxima rutina... cuando tu corazón esté listo para la resistencia de fondo.
¡Feliz Enero!